
Un peculiar y espectacular pueblo de la provincia de Albacete que fue declarado conjunto Histórico Artístico en 1982 y que merece una visita por su característica ubicación en la ladera de una roca.

Por ella se van encaramando las calles en una larga y continua subida hasta llegar a un castillo de origen árabe que data del siglo XI aunque pocos restos de su origen se pueden identificar ya.

Partiendo de la parte más baja del pueblo y cruzando el río Júcar por un puente romano que data del siglo XVIII, empiezas la subida por las estrechas y empinadas callejas hasta llegar al Castillo.



Las casas de arquitectura popular están excavadas en la montaña y se adaptan al terreno de forma natural.

Durante el recorrido se encuentra la iglesia de San Andrés, construida entre los siglos XVI y XVIII, un museo del cine y las cuevas horadadas en la montaña.



La más visitada es la Cueva del Diablo, que atraviesa la peña de lado a lado. Un curioso «museo» de objetos, fotografías, aparatos de todo tipo que han ido almacenando en un sinfín de estancias.








Por todo el conjunto es recomendable una visita a Alcalá del Júcar.
