En mis viajes he procurado siempre programar visitas a los Monasterios, Abadías o Iglesias que por su estilo, importancia arquitectónica o historia estuvieran en la zona en la que me encontraba.
El entorno en donde fueron edificados, sus dependencias y especialmente sus claustros han sido motivo de interés cultural para mi.
He encontrado monumentos en perfecto estado de conservación y otros que son una lamentable ruina que apenas deja imaginar el valor y el dominio territorial que en sus tiempos tuvieron. Evidentemente habría que trasladarse a la sociedad de varios siglos atrás para comprender su poder y su trascendencia social y política.
Los he visto en completo abandono y en proceso de restauración, convertidos actualmente en Paradores de turismo o en hospederías en las que se puede pasar unos días viviendo la quietud y serenidad de sus claustros. Regentados por una comunidad de monjes dedicados a la oración y a custodiar las pertenencias del monasterio para que los visitantes puedan admirar las obras y documentos que conservan, su estilo arquitectónico y por qué no, sus secretos históricos.
Información exhaustiva y de gran calidad se puede encontrar en muchas Webs de la Red, pero solamente como inventario personal de mis visitas, me gustaría ir reseñando y documentando con fotografías propias o cedidas aquellos que he tenido el privilegio de contemplar.
El monasterio en España
De Wikipedia, la enciclopedia libre
«Los monasterios en España constituyen un rico patrimonio histórico, artístico y cultural. Son testimonio de su propia historia religiosa y de la historia político-militar que se desarrolló tanto en la Edad Media como en tiempos anteriores, con la llegada y asentamiento de los visigodos. Los monasterios tuvieron un papel importante en la repoblación llevada a cabo por los distintos reyes y condes cristianos tras el avance de la Reconquista y el consiguiente retroceso de los musulmanes hacia el sur de la península.
Su presencia en la península data de los primeros siglos del cristianismo, cuando la primitiva vida eremítica dio lugar a la formación de comunidades religiosas y a la construcción de pequeños monasterios hispanos en los siglos VI y VII. Durante la repoblación, muchos de estos edificios evolucionaron, o incluso fueron levantados de nueva planta, hacia un estilo que tradicionalmente viene llamándose mozárabe.
La segunda fase se desarrolló con la llegada de los benedictinos de Cluny, ya en época de Reconquista y a partir de ese momento fueron evolucionando o cambiando, de acuerdo con las nuevas órdenes: cister, órdenes militares, premostratenses, cartujos, jerónimos, agustinos, camaldulenses y mendicantes. En el siglo XVII tuvo lugar una eclosión de conventos situados o muy cerca o dentro de la ciudad.
Desde la actual Cataluña hasta el oeste (actual Galicia) fueron apareciendo conjuntos monasteriales de diversas dimensiones que se transformarían unos en edificios más importantes y consistentes y otros serían abandonados o destruidos. La mayor parte de los monasterios en España están distribuidos en la mitad norte en consonancia con el discurrir histórico de la zona en la Edad Media. Son mucho menos numerosos en el sur, Andalucía y Canarias.
La creación de monasterios durante la Edad Media fue primordial desde un punto de vista social y cultural así como para la repoblación. Supuso un gran avance en la agricultura y surgieron poblamientos en derredor de los grandes edificios. También se beneficiaron el arte y la cultura.
Otra factor importante a tener en cuenta para la construcción de monasterios en España fue el Camino de Santiago, a lo largo del cual fueron surgiendo estas instituciones religiosas cuyo principal objetivo fue la ayuda al peregrino».