Monasterio de Monfero
(A Coruña – Galicia)
Julio 2008
La primera vez que visité este monasterio fue hace más de 30 años. Me impresionó ver el estado de deterioro en el que se encontraba. Solamente la iglesia parecía merecer un poco de atención. Desde entonces he vuelto a Monfero en varias ocasiones. Me sigue admirando su dimensión y trato de visualizar cómo era la vida de sus gentes en aquella época. Monfero se encuentra en la comarca de Pontedeume (A Coruña), entre los valles del Eume y del Lambre.
Un primitivo eremitorio dio origen al monasterio allá por el siglo X. Este primer cenobio fue favorecido por el Rey de Galicia, Bermudo II, procurándole propiedades que rodeaban la zona donde se hallaba. Las invasiones normandas acabaron por destruirlo.
Algunas fuentes dicen que la reconstrucción se inició en 1124 y otras en 1135 merced a la iniciativa de los nobles caballeros don Pedro Osorio y don Alonso Bermúdez con bienes aportados por el rey Alfonso VII. Este rey les concedió bienes provenientes de confiscaciones hechas a familiares de estos caballeros por haber dado muerte al mayordomo de la reina Doña Urraca.
En 1201, los monjes benedictinos que lo habitaban adoptaron la reforma del Cister, por lo que pasó a ser filial de Sobrado dos Monxes. El monasterio fue progresando y ampliando sus dominios gracias a los privilegios que le concedieron los reyes de Galicia y León, lo que terminó por motivar la codicia de los señores poderosos y los celos de las autoridades eclesiásticas que cometieron frecuentes abusos contra los monjes.
En 1506, al aplicarse los planes de reforma de los Reyes Católicos, el monasterio de Monfero se anexionó a la Congregación de Castilla de la Orden del Cister. Empezó entonces una etapa de prosperidad en todos los órdenes, aumentó considerablemente el número de monjes, que pasaron de 13 hasta 70 en ocasiones. Se iniciaron numerosas obras de ampliación y se construyó la iglesia actual no sin antes derribar la antigua, de estilo románico, bajo pretexto de que se hallaba en estado ruinoso.
En 1807 comenzó la reconstrucción de la iglesia, cuyo cimborrio resultó destruido por un rayo en 1803, aunque tuvo que interrumpirse a causa de la revolución francesa que afectó asimismo al resto del monasterio. Desde 1820 a 1823, los monjes se vieron obligados a dejar el monasterio. A su vuelta lo encontraron completamente desmantelado e inhóspito y tuvieron que enfrentarse de nuevo a la reconstrucción. Lamentablemente, en 1835, con la desamortización de Mendizábal, la soledad y el abandono acabaron con el monasterio, cuyos bienes fueron puestos en venta. El saqueo de los retablos, puertas y ventanas, enseres y libros de la biblioteca y del archivo fue total. Las piedras de los claustros se desmoronaron y las dependencias abandonadas.
Cuando se llaga al monasterio, lo primero que destaca es la fachada barroca de la iglesia. Construida entre 1622 y 1656, tiene una sola nave con planta de cruz latina de unos 65 metros de largo. Destaca por el ajedrezado de los sillares, entre los cuales alternan los de granito con los de pizarra. En el fondo del brazo norte del crucero se puede ver el retablo de la Virgen de la Cela, construido, según la inscripción, el año 1666. A esta virgen se le atribuyen infinidad de milagros.
Varios sepulcros merecen la atención. Todos ellos pertenecen a la familia de los Andrade.
El edificio del convento, que fue reconstruido en el siglo XVII y en el que se han intentado algunas restauraciones, se puede ver después de atravesar la puerta de entrada, un claustro renacentista en el que se aprecian algunos restos del primitivo monasterio románico. El segundo, más interesante, fue comenzado por Juan de Herrera a finales del siglo XVI, quien sólo realizó el primer piso; el resto se terminó en 1773. Aún hay un tercer claustro que estaba siendo restaurado cuando el edificio fue ocupado por las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia.
En 1941 fue declarado Monumento Histórico Artístico. Actualmente se han realizado algunos trabajos de limpieza y restauración, sobre todo en las zonas cubiertas de maleza. La Xunta de Galicia va a transformar el Monasterio en un Hotel de cuatro estrellas con balneario. Otro más, aunque quizás sea la única manera de sacarlo de su abandono.
Bibliografía: Gran Enciclopedia Gallega; El Monacato en Galicia, Hipólito de Sa Bravo; Diversas webs.